Cuando llevas un bigote como el del Tuca

Alguna vez escuché a Miguel Mejía Barón en la televisión contar una anécdota muy interesante. Previo al torneo de liga 1990-1991, el doctor Mejía Barón, entonces DT de los Pumas de la Universidad, habló con Ricardo Ferretti (retirado una campaña antes) y le pidió regresar al equipo por una temporada más ya que se estaba gestando una nueva camada de jóvenes muy importante. El doctor requería, precisamente, que la experiencia del 'Tuca' arropara dicha juventud. El resultado fue inmediato: Luis García Postigo (campeón de goleo de ese año), Alberto García Aspe, Jorge Campos, Juan de Dios Ramírez Perales, Claudio Suárez, entre otros, cobijados por un señor de bigote con el siete en la espalda, de origen brasileño y con apellido Ferretti. 

No sólo fue una temporada inolvidable, algunos dicen 'perfecta', sino que más acertado no pudo ser Mejía Barón (¡tu equipo es un chingón!). En el partido de vuelta en el Pedregal, el marcador que le dio el campeonato a los Pumas fue de 1-0 y el gol (golazo) fue obra del mismo Tuca con un salvaje zapatazo a la cabaña de las águilas defendida por Adrián Chávez. Hay que decir, claro, que el Tuca ya había sido campeón con Pumas en la 80-81. 

          "Alcancé el balón, pero me dobló la mano"

     - Adrián Chávez

Al siguiente año, Ricardo regresó al retiro para dar pie a una importante carrera como director técnico. De ahí para acá, ese bigote tan característico (que ahora pinta un par de canas) impone respeto. Al bigote lo acompaña un ceño que jamás esboza felicidad. Es una apariencia fuerte, definitivamente. 

Asiduo visitante de las liguillas, el Tuca tiene el privilegio de decir que nunca ha sido cesado por un equipo en el transcurso de un torneo (en un futbol mexicano que registra cerca de 7 ceses promedio por campaña, saludos a Luis Fernando Tena). Es decir, de 1991 al 2009 Ricardo nunca ha estado desempleado.  El dilema viene cuando, a pesar de tantos años y tantas liguillas disputadas, Ferretti tiene solamente un título en su haber, cuando en el verano de 1997 acompañado por una poderosa plantilla hizo campeón al Guadalajara, masacrando a uno de los equipos más espectaculares que se recuerden: el Toros Neza de Antonio Mohamed y compañía. 

Muchos le achacan este problema a su tendencia a la defensiva, la cual es evidente. Lo cierto es que cuando llevas un bigote como el del Tuca, poco te importa lo que digan. Ferretti se ha convertido en uno de los técnicos top del futbol mexicano y hoy se le rinde tributo. Anoche en un partido complicado contra el Puebla hizo el cambio que él sabía le iba a redituar. Martín Bravo entró en el segundo tiempo y fue él quien les dio el empate. La semana pasada fueron Palencia y Toledo. Contra Puebla en el torneo regular fue Barrera, contra Tigres fue Dante López y la lista sigue. El mérito está, precisamente, en hacer de un plantel mediano, con una nómina mediana, un equipo competitivo a base de partidos bien pensados y bien planteados. 

A muchos no les gustará y podrán decir que los partidos en CU son aburridísimos. Pregúntenle a la afición qué piensan de que su equipo fuera primer lugar de grupo y ahora esté en la antesala de otra final. 

Es más, pregúntenle mejor al Tuca a ver qué les dice.